OBSERVATORIO DE LIDERAZGO POLÍTICO DE AMÉRICA LATINA

Consulta Popular: la última jugada de Petro para salvar su legado político

Por: Omar Alfonso Guerrero Bernal

Colombia está a pocos meses de culminar el tercer año del primer gobierno de izquierda en su historia, una administración que se gestó desde múltiples sectores y culminó con la elección de Gustavo Petro, un economista y exintegrante de la extinta guerrilla del M-19. Desde su desmovilización, Petro ha trabajado de manera estructurada con la izquierda y el progresismo en el país, consolidando un movimiento político que lo llevó a la presidencia tras un par de intentos previos: en 2010, venció a Carlos Gaviria como precandidato del Polo Democrático Alternativo y obtuvo el 9,1 % de la votación en las elecciones presidenciales (El Colombiano, 2022); posteriormente, en 2018, destacó al llegar a la segunda vuelta, pero perdió contra Iván Duque, el entonces candidato respaldado por Álvaro Uribe, en unas elecciones marcadas por una fuerte polarización (El País, 2022). El gobierno de Duque se caracterizó por políticas de derecha, con una notable desconexión social y una gestión marcada por la pandemia de COVID-19, lo que aceleró el descontento popular y, eventualmente, llevó a la victoria del progresismo encabezado por Petro en 2022, venciendo en esa ocasión al outsider Rodolfo Hernández, quien pasó de ser alcalde de Bucaramanga a realizar una campaña disruptiva y polémica que lo llevó a estar cabeza a cabeza con Petro en el ballotage (Semana, 2022).

Al asumir la presidencia, muchos se preguntaban qué sentiría Petro al contar con el respaldo de más de 70 senadores (El Espectador, 2022), lo que anticipaba un gobierno avasallante, con un amplio margen para aprobar reformas estructurales. Sin embargo, como un castillo de naipes que se derrumba con el más mínimo soplo, la relación con el Congreso se fue desmoronando. Los congresistas exigían, por un lado, acciones diferentes al pensamiento del mandatario y, por otro, cuotas burocráticas a las cuales Petro no cedía. Esta situación llevó a confrontaciones entre distintos sectores compuestos por quienes en su momento acompañaron al mandatario, partidos de oposición y algunos nuevos aliados. Este Congreso fraccionado empezó a frenar múltiples iniciativas legislativas y a alejarse de la visión del mandatario. Si bien es cierto que la fuerza en la Cámara no ha sido tan distante para Petro, es en el Senado donde aún no ha logrado llegar a un consenso ampliado. La falta de unidad en el legislativo ha generado una serie de obstáculos para el avance de las reformas propuestas, lo que ha obligado al gobierno a buscar nuevas estrategias para mantener su proyecto político en marcha.

Después de la no aprobación de la reforma laboral, el presidente convocó a su fuerza más poderosa en términos de demostraciones políticas: la ciudadanía en las calles. Desde 2019, Petro ha mostrado una gran acogida popular que se traduce en masivas movilizaciones, aunque en ocasiones no se traslada a las urnas. Por ello, además del día cívico que propone para marzo (El Tiempo, 2024), plantea la realización de una consulta popular donde la ciudadanía decida si está de acuerdo o en desacuerdo con las reformas propuestas. Esta consulta requiere el aval del Senado en varios aspectos, según constitucionalistas. En Colombia, las consultas populares deben cumplir con requisitos específicos indicados en la Constitución, entre ellos, la aprobación por parte del Congreso, la revisión por la Corte Constitucional y la participación de un umbral mínimo de votantes para que su resultado sea vinculante (Reuters, 2024). Esta estrategia no solo busca legitimar su proyecto político ante la opinión pública, sino también ejercer presión sobre el Congreso para que apruebe sus propuestas de cambio estructural.

A un año de finalizar su mandato, Petro no quiere irse sin consolidar su fuerza política, la cual ha sido atacada y seducida por varios sectores que ya ven a un Petro de salida sin una figura visible a quien dejar sus banderas. La consulta popular será un pulso político para el presidente, quien no ve cercana una reelección ante la falta de apoyo legislativo, el cual se erige clave para abrir la puerta que Santos cerró en 2015. Mientras tanto, la incertidumbre sobre el futuro político de Colombia sigue en aumento, con un Congreso fragmentado, una oposición fortalecida y una ciudadanía dividida entre el respaldo y el escepticismo hacia las reformas del gobierno. El desenlace de este proceso será determinante no solo para la administración de Petro, sino para la consolidación o fragmentación definitiva del progresismo en Colombia.

Referencias

El Colombiano. (2022). Gustavo Petro ganó la presidencia: así fueron sus candidaturas anteriores.

El Espectador. (2022). El inicio del gobierno de Gustavo Petro y su amplio respaldo legislativo.

El País. (2022). Los factores claves que explican el triunfo de Gustavo Petro en su tercer intento por la presidencia.

El Tiempo. (2024). Gustavo Petro convoca a un día cívico en marzo para defender sus reformas.

Reuters. (2024). Colombia’s Petro calls referendum for stalled health, labor reforms.

Semana. (2022). Rodolfo Hernández y su ascenso en las elecciones presidenciales de Colombia.