OBSERVATORIO DE LIDERAZGO POLÍTICO DE AMÉRICA LATINA

50 días de otro giro más a la izquierda: los inicios de Yamandú Orsi en Uruguay.

Por Franco Buscacci

Tanto los analistas políticos como los ciudadanos en general nos acostumbramos a ver y pensar los primeros cien días de gobierno de un presidente, ya que consideramos que en este tramo se empieza a trazar el rumbo del mandato de cara al periodo restante. No obstante, los primeros cincuenta días de gobierno enmarcan el pliegue de aceleración tanto del ejecutivo como de sus ministros para imponer su agenda a nivel nacional como también regionalmente, a la vez de que son días en los que se pueden ver los primeros posicionamientos de oposición o acompañamiento que jugará el mercado financiero y otros actores importantes al margen de la política tradicional. 

Por eso mismo, propongo en esta ocasión, hacer un recorrido por los primeros cincuenta días del gobierno de Yamandú Orsi en Uruguay, teniendo en cuenta tres factores importantes: la política nacional, la postura internacional y la reacción de los mercados financieros.

Tras cinco años de presidencia del Partido Nacional en la vecina República Oriental, el Frente Amplio volvió a las riendas del ejecutivo desde el último mandato del extinto Tabaré Vázquez. Luego de la presidencia de Lacalle Pou, repleta de críticas por fuera y dentro del gobierno, referidas principalmente al manejo de la pandemia y al desarrollo de la economía nacional, se estableció un nuevo marco de “giro a la izquierda” en América Latina. 

La llegada de un presidente con un presunto liderazgo firme y amplios recursos de poder de apoyo popular marcó el inicio de una nueva integración regional con el resto de los países del continente. A pesar de que Lacalle Pou haya mantenido una buena relación con los líderes vecinos, la cercanía del Frente Amplio con figuras como Lula o Petro presenta una mayor alianza frente al contexto internacional que atraviesa la región ante la asunción de Trump en Estados Unidos y, regionalmente, ante los nuevos y viejos “outsiders” de la política, como Jair Bolsonaro o Javier Milei. 

De tal manera, Yamandú Orsi, en estos primeros días de mandato, se reunió con el presidente Petro en Honduras en la previa a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con el fin de acordar el trabajo conjunto para la creación de una red eléctrica americana con energías limpias y una agencia regional de producción de medicinas esenciales. Además, se trataron temas de actualidad tales como la postura a adoptar frente a las medidas implementadas por el presidente Trump, las cuales pueden afectar de manera directa e indirecta a los planes de desarrollo regional. A su vez, Orsi, en un detalle no menor que nos permite ver el camino de liderazgo que desea tomar, se plantea asumir la presidencia de la CELAC en 2026; distinta posición en política exterior a la que Lacalle Pou buscaba asumir.

Ahora bien, desde el punto de vista de política interna, el gobierno tiene como principal objetivo reducir la aceleración inflacionaria que tuvo lugar en los últimos meses del gobierno de Lacalle Pou (alrededor de 5,7% anual) y solucionar problemáticas referidas al desempleo y la calidad de vida de los uruguayos que viven en ranchos al interior del país. Para ello, ya se pusieron en marcha distintas medidas, como la implementación de fondos públicos para el financiamiento de ONGs que ayuden a la creación de nuevas viviendas rurales en los sectores más vulnerados, y también la presentación de un proyecto de ley sobre la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios (CJPPU), que será presentado al Legislativo para hacer frente a la crisis que vive el país en materia de empleo de profesionales. Todas estas medidas han logrado tener a corto plazo una aprobación importante entre la población, como lo reflejan datos recientes de consultoras como “Cifra”, que arrojan un nivel de apoyo a la gestión presidencial del orden del 63%. A su vez, y pese a las caídas bursátiles en todo el mundo a causa de las medidas arancelarias de Donald Trump, los mercados han expresado confianza hacia el nuevo presidente uruguayo, tanto en términos de acciones de empresas estatales como del propio riesgo país.

Ante esto, podemos concluir que los primeros cincuenta días del gobierno de Yamandú Orsi parecen centrados en la posibilidad de solucionar los problemas de Uruguay en los últimos años y con un compromiso intrínseco de impulsar la integración de América Latina como un bloque unido frente al contexto que se avecina a nivel internacional. Ahora solo restará observar que dichas promesas, con el tiempo, puedan avanzar hacia una realidad palpable y que el liderazgo del presidente Orsi sea también un hecho a nivel regional.