OBSERVATORIO DE LIDERAZGO POLÍTICO DE AMÉRICA LATINA

Una elección apretada

El domingo 20 de agosto de 2023 se llevó a cabo en Ecuador la elección presidencial
y legislativa en primera vuelta después de que el presidente Constitucional de la República, Guillermo Lasso Mendoza, decretara la muerte cruzada, disolviendo al poder legislativo y llamando a elecciones anticipadas.

En los comicios y con el 92.22% de actas escrutadas, Luisa González, candidata del movimiento político Revolución Ciudadana liderada por Rafael Correa Delgado, alcanzó un 33.43% de los votos válidos, mientras que Daniel Noboa, la gran sorpresa de la noche, logró un honroso 23.58%. En tercer lugar, se encontró la lista 25 de Fernando Villavicencio, candidato asesinado el miércoles 9 de agosto al salir de un meeting político en la ciudad de Quito, consiguiendo capitalizar un total de 16.46% de votos, muy a la par de Jan Topic, candidato del Partido Social Cristiano, con un 14.68% de votos válidos.

En el Ecuador, por ley, la victoria electoral en primera vuelta se logra superando el 40% del total de votos válidos y con una distancia de al menos 10 puntos de quien se encuentra en segundo lugar, motivo por el cual la segunda vuelta es una realidad Sin embargo, el panorama electoral presenta una oportunidad para Daniel Noboa y una complejidad para el correísmo, especialmente después del asesinato de Villavicencio, uno de sus principales opositores, pues muchos detractores de la Revolución Ciudadana aprovecharon la coyuntura para señalarla como artífice del crimen, impactando directamente en el crecimiento del caudal de votos que mantenía hasta el momento.

A pesar de que los afectados por el crimen aclararon las circunstancias previas en torno al asesinato de Villavicencio, responsabilizando incluso al gobierno por los acontecimientos que condujeron a la muerte del candidato, el agravio a la imagen del proyecto político de la Revolución Ciudadana ya era una un hecho. Ahora bien, es en este contexto que el debate presidencial se suscita, y en el cual Daniel Noboa, hijo de Álvaro Noboa, empresario y antes cinco veces candidato presidencial, logró consolidar una imagen positiva ante la ciudadanía, y sobre todo ante un nicho marcado de indecisos y electores jóvenes.

Con los resultados electorales antes mencionados, se podría decir que varias de las facciones rezagadas en primera vuelta, muchas de las cuales tienen en sus filas a actores y sectores que han sido críticos con la bandera política de la Revolución Ciudadana, pueden presentar apoyos importantes a Noboa, tales como quienes votaron por Jan Topic, Fernando Villavicencio, e inclusive aquellos afines a Otto Sonnenholzner, que obtuvo un 7.03% de votos.

Sin duda alguna con lo mencionado no se pretende aseverar que los votos de las banderas políticas sean transferibles entre sí, sino que existe una gran probabilidad de cierta movilidad de votos hacia Noboa por varios motivos, entre ellos: a) la propensión de los sectores del centro a la derecha a consolidar alianzas coyunturales; b) el desgaste de la dicotomía correísmo vs anti correísmo que puede ser remplazada por la dualidad entre la vieja política vs la nueva política; c) la novedad que representa la irrupción de Daniel Noboa como outsider del establishment actual. Por otra parte, aún es demasiado pronto como para decretar la victoria de Noboa, pues el correísmo cuenta con: a) un voto duro heredado del liderazgo post- presidencial de Rafael Correa que, entre la elección de 2021 a 2023 en primera vuelta se mantiene casi invariable, pasando de un 32.72% con Andrés Arauz como candidato presidencial, a un 33.43% con Luisa González a la cabeza de la candidatura dos años después; b) cuenta con estructura nacional y con las alcaldías de las ciudades más pobladas del país, como Quito y Guayaquil, y las prefecturas de Pichincha, Guayas, Azuay y Manabí y; c) ha sabido aprovechar muy bien su experiencia en la gestión política, sea como práctica discursiva, o en la operación política en territorio.

Sin embargo, pese a que en lo que concierne al legislativo el correísmo mantiene una victoria parcial, pues logró 51 curules de 137, y con la segunda vuelta pisándole los talones, es momento de preguntarse si ¿en verdad el voto duro, sin posibles alianzas, les es suficiente para ganar la elección? ¿cómo llegar a un electorado más joven y mayoritario, si su estrategia de campaña sigue siendo apelar al recuerdo de un pasado que ellos no recuerdan? Y, sobre todo ¿cómo se compite contra la novedad y la nueva política que representa Daniel Noboa en el tablero electoral?