Por: Luis Arias Monge
El pasado 9 de febrero, Ecuador vivió una jornada electoral donde se eligieron presidente y representantes del legislativo. Los resultados de esta primera vuelta no causaron sorpresa ni significaron una transformación en la composición política del Ecuador. Tal como presentamos en el artículo previo a la primera vuelta electoral Elecciones Presidenciales – Ecuador 2025, las tendencias eran claras y estaban definidas en la antesala electoral. La contienda representaba un enfrentamiento directo entre el candidato Daniel Noboa -actual presidente del país y que busca la reelección- y la candidata Luisa González.
Los resultados electorales de la primera vuelta electoral demuestran la composición política del país, exhibiendo la profunda polarización política que atraviesa el mismo. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), el ganador de esta primera contienda fue el actual presidente Daniel Noboa, quien obtuvo el 44,17% de los votos; por su parte, la candidata Luisa González obtuvo el 44% de los sufragios. Dichas elecciones fueron llamativas, dado significaron la tercera jornada comicial que vivió el país en un lapso de tan solo 17 meses, enfrentando nuevamente en la disputa real por el ejecutivo a los mismos candidatos. Para el tiempo tan corto entre elecciones, podría decirse que el acto comicial del 9 de febrero representó una especie de tercera vuelta electoral.
El proceso eleccionario se produjo en el seno de una profunda crisis política, económica y social que aún enfrenta el país. El oficialismo, en busca de la reelección, infringió algunas normas del Código de la Democracia, tales como la negación de decretar a la vicepresidenta electa popularmente como presidenta encargada y la negación del presidente actual, Daniel Noboa, de adoptar la licencia obligatoria que le exige dejar el cargo presidencial para competir formalmente como candidato -que busca hacer prevalecer el principio de igualdad de condiciones y oportunidades con el resto de contendientes-. Organismos internacionales que fungieron como veedores de las elecciones, señalaron estas inconsistencias una vez concluida la primera vuelta electoral. A pesar de ello, el CNE, institución encargada de llevar a cabo los procesos electorales, no las reconoció.
De este modo, el próximo 13 de abril, Ecuador volverá a las urnas en una segunda vuelta electoral que, desde ya, será una de las más cerradas y disputadas desde el retorno a la democracia. Este ballotage vuelve a enfrentar a Daniel Noboa y a Luisa González y, por este motivo, es preciso conocer con mayor profundidad los perfiles de estos candidatos, las expectativas de cada uno de estos, y sus principales propuestas de gobierno.
Conociendo a los candidatos: qué representan y qué se disputa más allá del cargo presidencial?
Daniel Noboa Azín es el actual presidente del Ecuador y busca la reelección. Nació en los Estados Unidos y es un joven empresario ecuatoriano que cuenta con una corta carrera política – anteriormente, fue electo asambleísta en 2021-. Es hijo del hombre más rico de Ecuador, Álvaro Noboa y su familia constituye la élite económica de mayor vigencia y de mayor poder económico en el país. Al igual que otras élites económicas de la región, el Grupo Noboa ha logrado diversificar sus modos de acumulación de riqueza y capital. A pesar de esto, la principal actividad económica de dicha familia sigue siendo la exportación de banana ysu relevancia en los negocios se remite al boom bananero de la década de 1950. El abuelo del actual presidente ecuatoriano, Luis Noboa Naranjo, llegó a ser el hombre más rico del país, con una fortuna que rondaba los 1200 millones de dólares. Así, se posicionaron como una élite económica que, por su actividad de acumulación, es de carácter oligárquico. En ese marco, Daniel Noboa logró algo que su familia persiguió durante décadas: ocupar el cargo presidencial. Tanto su abuelo, como su padre, buscaron la primera magistrature del país en más de una occasion, sin embargo, fue Daniel Noboa quien logró llevar a la élite económica más destacada del Ecuador al máximo cargo politico en un sistema presidencialista. De esa manera, La comunión de poder politico y económico que representa Daniel Noboa, advierte el carácter elitista de su gobierno.
Luisa González busca ser la primera presidenta mujer electa directamente a través del voto en la historia del Ecuador. Es una abogada y exasambleísta nacional que cuenta con una carrera política que oscila los 20 años. Inició como asambleísta suplente en 2007 representando al Partido Social Cristiano. Actualmente, es la candidata y presidenta del Movimiento Revolución Ciudadana (RC), partido político liderado por Rafael Correa, expresidente del Ecuador. La candidata cuenta con una amplia experiencia en el sector público y ocupó, durante el gobierno de Rafael Correa, la Secretaría de Administración Pública, la Coordinación del Despacho Presidencial, la Secretaría General de la Superintendencia de Compañías, entre otros cargos.
González pretende “revivir al Ecuador” tras ocho años de gobiernos estrictamente neoliberales y busca construir un Estado fuerte donde la intervención pública en sectores como salud, educación, empleo y productividad sea la característica de su gobierno. Otro rasgo a destacar de la actual candidata por la RC es su creencia religiosa; González profesa públicamente su religión evangélica, lo que la llevó a oponerse, cuando ocupaba el cargo de asambleísta, a la ley que busca despenalizar el aborto en Ecuador. Fiel a su religión, González se concibe como defensora de la vida y de los valores tradicionales en materia de género y de familia.
Teniendo en cuenta el perfil de cada uno de los candidatos, cabe cuestionarse: ¿qué está realmente en disputa? Más allá del espectro ideológico derecha-izquierda que no hace otra cosa que darnos una explicación simplificada y genérica del fenómeno, en la segunda vuelta electoral se encuentra en disputa un país y dos proyectos completamente opuestos de república. Por un lado, tenemos un proyecto político -el de Daniel Noboa- concentrado en una pequeña cantidad de personas, en una élite económica y política oligárquica, que busca reproducir una estructura económica que guarda las condiciones propias de lo que fueron las haciendas en el período colonial. Por otro lado, tenemos un proyecto político – el de Luisa González- que busca continuar el programa progresista de Rafael Correa, donde se busca una transformación en la matriz productiva y en el sistema económico-social ecuatoriano -a través de un Estado fuerte que redistribuya los derechos y oportunidades mediante una fuerte inversión pública-.
En la antesala de unos comicios electorales tan cerrados, donde la disputa será voto a voto, el liderazgo de cada candidato presidencial juega un rol determinante. En un sistema político profundamente polarizado como el ecuatoriano, la posibilidad de construir, adquirir y acumular distintos recursos de poder, les brindará la oportunidad de acercarse cada vez más al número mágico perseguido el 13 de abril: el 50% más uno de los votos.